jueves, 30 de diciembre de 2010

Caminaba bajo la curva del infinito, se acercaba, tras varios días de caminata un pequeño viejo que deseaba hablar un rato del deseo que significaba para mí poder cruzar ese lugar, palabra tras palabra, intentaba deducir sus preguntas que me sofocaban constántemente, intentaba dar un mínimo de sentido a lo que de mis labios salía, pero no podia, nada tenia filtro ni limites, ni nada era demasiado grande ni demasiado chico. Pero no habia manera de exteriorizar mi dolor, desde que me fui de alli hasta que me calme, hable con ese hombre y volvi para que me invitasen afuera estaba bloqueada. El mundo y todos a mi alrededor pordian estar equivocados, no me importaba, pero si vos dudabas un segundo, si vos creias por un instante que mi dolor era por una desilucion, por un enamoramiento vano, o por lo que fuese que no era, todo se hubiese ido al carajo, asi de simple.
Ya antes habia escrito el relato al seductor, mucho antes lo habia mencionado, ya sabia que era y cuales eran las reacciones, y vos tambien. Pero solamente recordaba, por la charla, por la fuidez y por algunas cosas mas, que esa noche, si, esa noche podrias haberme dicho adios y no lo hiciste. Y cualquiera lo hubiera hecho, el que sea.
Porque si habre estado en esa situacion y nadie nunca entendio la razon de mi llanto, todos confundieron todo, "a mi no me jodas porque te voy a coger" Que inusual, de mi tambien abusaron, no es razon para ser tan ninfomana.
Y todavia crees que estoy enamorada, que ridicula.

No tengo tildes, triste.

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